En la medicina, como en el resto de la sociedad, aún persisten inequidades en las oportunidades que tenemos las mujeres. Hoy en Uruguay, del total de los médicos 60% son mujeres pero aún los cargos jerárquicos son desempeñados primordialmente por hombres en lo que tiene que ver con los ámbitos académicos y en las instituciones públicas y privadas.
Esto explica en parte por qué las mujeres médicas ganamos hasta un 25% menos que los hombres globalmente. Esto no es ajeno a los ámbitos gremiales: por ejemplo, en el ejecutivo del SMU de 10 miembros titulares solamente 2 son mujeres. Es verdad que hubo, hay y habrá mujeres en estos espacios de decisión pero es a expensas de sortear muchos más obstáculos que el género masculino.
Estamos cambiando esta realidad. Es necesario poner sobre la mesa más acciones positivas que rompan con la lógica hegemónica, pero lo importante es que estamos comprometidos y comprometidas en ese sentido.